El 25 de septiembre de 1506 muere Felipe I el Hermoso, supuestamente envenenado, aumentando los rumores sobre el estado de locura de su mujer Juana, que decidió trasladar el cuerpo de su esposo, desde Burgos, el lugar donde había muerto y en el que ya había recibido sepultura, hasta Granada, viajando siempre de noche. La reina Juana no se separará ni un momento del féretro, y este traslado se prolongará durante ocho fríos meses por tierras castellanas. Acompañan al féretro gran número de personas entre las que hay religiosos, nobles, damas de compañía, soldados y sirvientes diversos que, cual procesión sirve ésta para que las murmuraciones sobre la locura de la reina aumenten cada día entre los habitantes de los pueblos que atraviesan. Después de unos meses, los nobles «obligados» por su posición a seguir a la reina, se quejan de estar perdiendo el tiempo en esa «locura» en lugar de ocuparse como debieran de sus tierras.
Fuente: Wikipedia
Uno de los cuadros que más me impresionaron en mi visita al Museo del Prado.
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