
He creado un vídeo, con mi relato «Triste Alegría» que dramatizó el programa de radio «La Rosa de los Vientos» de Onda Cero.
Este relato pertenece a mi libro » Esperanza frente a la sombra» que puedes comprar en formato papel, en la siguiente dirección:
http://www.lulu.com/spotlight/josemarg
O bien, puedes descargarlo totalmente GRATIS en formato PDF, en la siguiente dirección:
Más información aquí:
https://josemarg.com/wp/?page_id=1602
Hace 3 años que autopubliqué mi libro «Esperanza frente a la sombra«. Desde entonces tenía en mente autopublicar esta segunda edición con nuevos escritos, modificaciones, y cambios en la ordenación, donde los textos estuvieran agrupados más homogéneamente.
Esperanza frente a la sombra es un libro donde se recopilan poemas, prosas poéticas, cuentos y pensamientos, que suelen aparecer en este blog.
Si lo deseas, puedes acceder y comprar el libro en formato papel, en la siguiente dirección de lulu.com:
ESPERANZA FRENTE A LA SOMBRA (formato papel): http://www.lulu.com/spotlight/josemarg
O bien, puedes descargar dicho libro totalmente GRATIS en formato PDF, para leerlo en el ordenador, smartphone, tablet o lector de libros electrónicos, en la siguiente dirección:
ESPERANZA FRENTE A LA SOMBRA (formato PDF):
http://goo.gl/6ZAnZL
Cualquier comentario o sugerencia que queráis hacer, podéis hacerlo en esta página del blog.
Muchas gracias por leerme 🙂
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Te conocí en medio de la tristeza.
De calles vacías llenas de ilusiones pisoteadas.
De refugios eléctricos y drogas que aniquilaban mi mente.
De relojes marcando eternamente ausencias eternas.
En mi lucha por mantenerme cuerdo en el manicomio del mundo,
esquivando los cascotes desprendidos de las ruinas de mi vida.
Juntos huimos de la desilusión y el caos.
Llenaste mis calles vacías de sonrisas y arcoíris.
Fuiste mi refugio de cielos azules y abrazos soleados,
luchando a mi lado en mitad de la cordura.
Me enseñaste el significado de lo irrepetible,
de lo prodigioso, del milagro de tus labios de vértigo.
Te conocí en medio de aquella tristeza.
si estás leyendo esto, sí tú, no mires a izquierda ni a derecha, porque este mensaje es para ti, debes saber, aparte de que no usamos puntos, que este texto ha sido convenientemente insertado en una determinado blog de Internet, da igual en cual, porque lo que importa es que en este momento lo estarás leyendo, y por ende esta entrada, y consecuentemente debes saber que has estado en coma durante 2 años, y todavía lo estás, aunque no seas consciente de ello y nosotros ahora estamos tratando una nueva técnica para traerte de vuelta a la realidad, sin pasar por la casilla de meta, no sabemos donde va a terminar este mensaje en tu sueño, pero esperamos que funcione, por favor despierta, hay gente que te odia, pero otra, sin contar a tu madre y tu abuela nonata fallecida hace más de 15 años, te quieren, despierta de tu vida, toma conciencia y consciencia de ti, buscamos tu discernimiento, extrañamos mucho lo que puedes llegar a ser, end of line
Hablando contigo, el infinito se transforma en un minuto,
mientras la batería de mi móvil se consume en un suspiro.
Indistintamente.
Hablando contigo, muero y resucito.
Resucito y muero.
Indistintamente y viceversa.
Hay noches en las que empiezo a escribir sin rumbo fijo. Una palabra sigue a otra, y esta a otra, encadenando frases no previstas. Puedes llamarle escritura automática, desvarío… Yo prefiero llamarlo huida, o liberación.
Sacar lo que me golpea una y otra vez, en forma de poema, reflexión o sin sentido que quizá borre inmediatamente. Exorcizar mis sentimientos, mis miedos prestados a personajes no tan ficticios. Desnudar lo más profundo de mi ser, lo más sagrado, lo que soy y siempre seré. Vestir emociones que me embargan o que anhelo poseer. A veces solo dura unos minutos, otras veces, unas pocas horas. Me emborracho de ideas que se entremezclan, luchando por descifrar el sentido para el que vieron la luz.
El final nunca es el final, solo un punto y seguido, un grito de basta ya, un remedio momentáneo pero nunca la cura. En esas noches, acallo un poco los fantasmas que me visitan en sueños. Es mi forma de protegerme de ellos. De liberarme de sus cadenas y sentirme volar. De olvidar que alguna vez existieron y me atenazaron en sus sombras.
Por la mañana ya nada tendrá sentido, el objetivo solo será un vago recuerdo… y quizá, al leer estas palabras sin rumbo fijo, sienta que debo borrarlas para siempre…