La selección italiana acaba de ganar el mundial de Alemania 2006 (el cuarto de su historia), al superar en los lanzamientos de penalti a la selección francesa, tras un partido jugado de poder a poder, y en la que Francia jugó mejor.

Un desenlace para una final, que refleja claramente como fue el mundial. Triunfó el fútbol especulativo y de contención, sobre el fútbol arte. Ganaron las defensas a los nulos ataques. Con muchos partidos con prórroga y penaltis, y con la segunda media de goles más baja de todos los mundiales.

Siendo como fue este campeonato, normal que ganara la inventora del catenaccio, y donde sus máximas figuras fueron jugadores de corte defensivo como Cannavaro, Zambrotta o el portero Buffón. Su rival, Francia, también ha hecho un campeonato basado en este tipo de juego. Pertrechados atrás y con Henry como estilete en punta.
Como gran nota negativa, la despedida del fútbol de Zinedine Zidane bajando a los infiernos, al ser expulsado por una agresión sin balón al italiano Materazzi.

En definitiva, un mundial para olvidar y criticar este tipo de juego, que espero que no se imponga como referente, y que encumbra aún más a equipos que apuestan por el fútbol espectáculo como el F.C. Barcelona.

Felicidades a Italia.