Este soy yo tras encontrar una red WiFi sin protección en el pueblo de la costa gallega, cerca de donde pasé las vacaciones este verano.
Es lo malo de irse a un sitio (Louro) donde no hay Internet, ni cibercafés, ni nada que se le parezca. Al final, en uno de los desplazamientos al supermercado del pueblo de al lado (Muros), pude detectar una red WiFi sin protección desde el coche, y tras aparcar y buscar un poco, finalmente la localicé en una administración de loterías y quinielas, junto al puerto deportivo. De esta forma, me senté en un banco de piedra que había en la entrada y pude al fin, tras dos semanas, leer mi correo electrónico.
No quiero ni pensar la cara que se le quedaría a los lugareños y guiris que por allí pululaban 😯 . De todas formas, para compensar un poco el gasto de ancho de banda, echamos unas primitivas.
A todo el que vaya por allí, ya sabe donde conectarse… pero que por lo menos entré y compre algo…