ÚLTIMO LIBRO LEÍDO: “SIEGA“ de Neal Shusterman.
Argumento
Antes, las personas morían por causas naturales. Existían asesinos invisibles llamados enfermedades, el envejecimiento era irreversible y se producían accidentes de los que no se podía regresar.
Ahora, todo eso ha quedado atrás y sólo perdura una verdad muy simple: la gente tiene que morir. Y esa es la tarea de los segadores. Porque en un futuro donde la humanidad controla la muerte, ¿quién decide cuándo y cómo sembrarla?
Citra y Rowan acaban de ser seleccionados como aprendices de segadores. ¿Su objetivo? Superar las pruebas de su mentor, sean las que sean.
Aunque en el proceso renuncien a todo lo que les hace humanos.
Mi Opinión
Aunque en un principio, “Siega” fue calificada como literatura juvenil, su trama y las oscuras implicaciones que está conlleva, hacen que entre en un territorio más para un público adulto.
Se trata de la primera novela de la trilogía de “El Arco de la Guadaña”, y que como otras recientes (“Los juegos del hambre”, “Divergente”, “El corredor del laberinto”…), está llamada a triunfar con su próxima adaptación cinematográfica.
Lo que me atrajo a esta novela fue su original y sorprendente planteamiento inicial, y me interesaba mucho averiguar como el autor sería capaz de resolver dicha trama. Por momentos adictiva, pero también a veces repetitiva y previsible, a mi juicio, el autor introduce parámetros y situaciones que requieren un desarrollo más complejo y serio, que los que finalmente utiliza, pecando a veces de un exceso de humor, que hace que el lector acabe no tomando en serio la brillantez de su trama.
Una vez que te adaptas a estas limitaciones, la novela llega a ser disfrutable, y no deja un mal sabor, siempre con el regusto de algo que podía haber sido épico.
Fragmento
“El mayor logro de la raza humana no fue conquistar la muerte, sino acabar con el Gobierno.
En la época en que la red digital del mundo se llamaba la nube, la gente creía que darle demasiado poder a una inteligencia artificial sería una idea muy mala. Abundaban las historias aleccionadoras en todo tipo de medios. Las máquinas siempre eran el enemigo. Pero entonces la nube evolucionó para convertirse en el Nimbo al adquirir consciencia de sí misma o algo similar, y ocurrió todo lo contrario de lo que temía la gente: el Nimbo no se hizo con el poder. En su lugar, fueron los humanos los que llegaron a darse cuenta de que estaba mucho más preparada que los políticos para gestionarlo todo.
En aquellos días anteriores al Nimbo, la arrogancia, el egoísmo y las interminables luchas intestinas determinaban la ley. Era poco eficaz e imperfecto, además de vulnerable a cualquier forma de corrupción que se pudiera imaginar.
No obstante, el Nimbo era incorruptible. No sólo eso, sino que sus algoritmos se basaban en la suma total del conocimiento humano. Todo el tiempo y el dinero malgastados en poses políticas, todas las vidas perdidas en las guerras, todas las poblaciones maltratadas por sus déspotas…; todo desapareció en cuanto se le entregó el poder al Nimbo. Los políticos, los dictadores y los belicistas no estaban contentos, claro, pero sus voces, que siempre habían parecido tan fuertes y amedrentadoras, de repente resultaron insignificantes. No es que el emperador estuviera desnudo, es que ni siquiera tenía testículos.
El Nimbo lo sabía todo, literalmente: cuándo y dónde construir carreteras; cómo eliminar las pérdidas en la distribución de alimentos y, por tanto, cómo acabar con el hambre; cómo proteger el medio ambiente de la siempre creciente población humana. Creó trabajos, vistió a los pobres y estableció el Código Mundial. Por primera vez en la historia, la ley no era la sombra de la justicia, sino la justicia en sí.
El Nimbo nos regaló un mundo perfecto. La utopía con la que nuestros antepasados sólo podían soñar se había convertido en nuestra realidad.”