Al final me decidí a ir a ver la película, con unas entradas gratis que me tocaron en el Club Nokia, y aquí os cuento que me pareció.
A priori, la película ya contaba con un gran pero en contra, que había leído el libro, y sorprender no me iba a sorprender en nada. Además, sigue al pie de la letra toda la novela de Dan Brown.
Descartando el factor sorpresa, la película me pareció una más para pasar el rato. No es mala, ni es para tirar cohetes. Simplemente distrae.
Al principio me pareció un poco artificial con actores poco creíbles en sus personajes, pero a medida que se iba avanzando en la trama me pareció que la película ganaba enteros, hasta acabar con un final bastante digno.
No entiendo todo el revuelo que ha levantado, porque simplemente se basa en suposiciones que pueden ser ciertas, o pueden ser falsas, nadie lo sabe, al igual que lo que nos cuenta el Nuevo Testamento de la vida de Jesús. Nada se puede demostrar. Todo puede ser falso como también lo puede ser la propia Biblia. Por lo tanto, no hay que quedarse con los hechos al pie de la letra, y sí con el mensaje que transmite al igual que la novela en que se basa, y que es lo que verdaderamente ha incomodado a los seguidores a ultranza de la doctrina católica o el Opus Dei. La Iglesia ha construido su propia doctrina a lo largo de los siglos, inventando u ocultando los verdaderos hechos en los que se sustenta. Ha construido la doctrina que le interesaba, aunque para ello haya tenido que marginar, mentir o asesinar a muchísima gente. Eso es una verdad impepinable, que escuece a todos los que se escandalizan por esta película.
Estoy harto de leer opiniones de gente que se las quiere dar de «puristas» o de falsos intelectuales, que por el hecho de criticar la novela sin dar ningún argumento sólido, se creen que tienen la verdad absoluta. Es una historia de ficción e indudablemente no está mal escrita. Su propósito es entretener y lo consigue. Ya la hubieran querido escribir la mayoría de escritores, para tener el éxito que está teniendo su autor.