Cuando me dispuse a ver «En Tierra Hostil«, la gran incógnita que se me planteaba era la de si era merecedora de haber ganado el Óscar a la Mejor Película del año 2009, y otros 5 Óscars más. Tras su visionado, puedo contestar afirmativamente a esa pregunta, dando unas cuantas pistas que ayudarán a comprender dicha opinión.
La película estadounidense cuenta el intenso día a día un comando especializado en desactivación de explosivos durante la guerra de Irak, al mando del impredecible y temerario sargento James (muy bien interpretado por Jeremy Renner). Fue filmada en el Oriente Medio, Jordania, a escasos kilómetros de la frontera con Irak.
Su directora, Kathryn Bigelow, consigue en todo momento que sintamos el vértigo, la tensión y el subidón de adrenalina que viven los protagonistas en la primera línea de fuego. Rodada con una estética parecida a un documental, consigue aportar mayor verosimilitud a la historia que se nos cuenta, y la hace acreedora por méritos propios de la mejor película hasta ahora sobre la guerra de Irak.
Ha sido la película ganadora del Óscar más barata (no llega a diez millones de euros) y la que menos ha recaudado (en todo el mundo, unos 15 millones de euros). Como curiosidad decir que le arrebato el Óscar a la gran favorita en todas las quinielas, Avatar, dirigida por el ex-marido de Bigelow, James Cameron, que fue el que la convenció para que finalmente rodara la película.
No es ninguna obra maestra, pero se trata de una buena película, muy recomendable.
Nota: 4/5
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