El Muro

El Muro

La noche se avecina, ahora empieza mi guardia.
No terminará hasta el día de mi muerte.
No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos.
No llevaré corona, no alcanzaré la gloria.
Viviré y moriré en mi puesto.
Soy la espada en la oscuridad.
Soy el vigilante del muro.
Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres.
Entrego mi vida y mi honor a la Guardia de la Noche, durante esta noche y todas las que estén por venir.

George RR Martin (Canción de Hielo y Fuego)

Oscura Soledad

«Subí a mi habitación. Salí a por una botella de vino. Cuando regresé, cerré la puerta, me desnudé y me dispuse a gozar de mi primera noche en una cama desde hacía días. Me metí en la cama, abrí la botella, doblé la almohada y me la ajusté bajo la espalda, respiré con ganas y me quedé sentado en la oscuridad mirando por la ventana. Era la primera vez que me había quedado solo en cinco días. Yo era un hombre que me alimentaba de soledad; sin ella era como cualquier otro hombre privado de agua y comida. Cada día sin soledad me debilitaba. No me enorgullecía de mi soledad, pero dependía de ella. La oscuridad de la habitación era fortificante para mí como lo era la luz del sol para otros hombres. Tomé un trago de vino.
De repente la habitación se llenó de luz. Hubo un traqueteo y un rugido. Un puente del metro pasaba a la altura de mi habitación. Un convoy se había parado allí. Observé un manojo de caras neoyorquinas que me observaban. El tren arrancó y se alejó. Volvió la oscuridad. Entonces la habitación volvió a llenarse de luz. De nuevo contemplé los rostros escalofriantes. Era como una visión del infierno repetida una y otra vez. Cada nueva vagonada de rostros era más horrible, demente y cruel que la anterior. Me bebí el vino.
Continuó: «oscuridad, luego luz; luz, luego oscuridad. Acabé con el vino y fui a por más. Volví, me desvestí y me metí en la cama. La llegada y partida de caras siguió una y otra vez. Me pareció como si estuviese sufriendo una alucinación. Estaba siendo visitado por cientos de demonios que ni el Diablo mismo podría aguantar. Bebí más vino.»

Charles Bukowski (Factotum)

¿CÓMO SERÉ…

¿CÓMO SERÉ…

¿Cómo seré
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

ÁNGEL GONZÁLEZ

El Reverso de los Días

No puedo ahora hacer que la Tierra gire en dirección contraria y que el tiempo de marcha atrás, hacia el reverso de los días, en sentido opuesto al olvido. Hay cosas que no puedo evitar. No puedo evitar que no me quieras, pero tal vez me quieres. Lo que sí puedo evitar es callar. Y escribo por si acaso. Me expongo por si acaso. Lo doy todo aquí, por si ocurre que sientes algo por mi, para que nada quede por decir.

– Lola Beccaria (El arte de perder)

Si fuera lluvia

Tenía tantas ganas de tumbarme junto a ella en el sofá, rodearla con mis brazos y dormir. No joder, como en esas películas, ni siquiera hacer el amor. Solo dormir juntos, en el sentido más inocente de la frase. Pero a mi me faltó valor y ella tenía novio y yo era desgarbado y ella era preciosa y yo era irremediablemente aburrido y ella era infinitamente fascinante. Así que volví a mi habitación y me derrumbé en la litera de abajo pensando que si la gente fuera lluvia, yo sería llovizna y ella sería huracán.

John Green (Looking for Alaska)

El libro de la risa y el olvido

La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella.

La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo.

Milan Kundera (El libro de la risa y el olvido)