El FC Barcelona se acaba de proclamar en la antepenúltima jornada, campeón de la Liga 2004-2005 de fútbol.
No podrá negarse, ni los propios seguidores de sus máximos rivales, que este año ha sido el mejor equipo, el más regular y el que mejor juego y espectáculo ha dado.
Se trata de un triunfo de fútbol arte de una plantilla encabezada por jugadores de fantasía como Ronaldinho, Eto’o, Deco, Xavi, y de otros de garra y pundonor como Puyol o Márquez, bajo la dirección de Frank Rijkaard.
Se acaba así una temporada donde los aficionados del Barça hemos disfrutado de lo lindo, y gracias al presidente Joan Laporta y su directiva, se ha creado un equipo joven y de futuro que está llamado a repetir triunfos y emular al Dream Team de Johan Cruyff.
En unos años dominados por el fútbol rácano y defensivo, donde los triunfos se ganaban sin dar apenas juego (recuerdo aquí a Grecia como campeona de la eurocopa, al Oporto campeón de Europa, o a un Valencia donde primaba la táctica), el Barça se ha impuesto en un duelo final a un Real Madrid con estilo de juego italiano. Un Real Madrid que ha vuelto a fracasar teniendo los jugadores mejor pagados del fútbol mundial (no los mejores, como se empeñan en hacer creer sus prepotentes aficionados) y que basó todo su juego en atrincherarse atrás y salir al contragolpe, encomendándose a su portero Casillas y a un Ronaldo inspirado en algunos partidos. Mi felicitación a Florentino Pérez por preferir a Beckham antes que a Ronaldinho, y despreciar a Eto’o. Factura por prepotente.
¿Volverá a cantar Figo aquello de «Blancos llorones, saludad a los campeones»?
En definitiva, fútbol feo, simplón y defensivo, que ha obtenido su merecida recompensa, con otro añito en blanco de títulos para la hinchada merengona, a los que doy el pésame, junto a medios de comunicación afines al club blanco como Marca, As o las noticias de Antena 3, que por su falta de objetividad rayan muchas veces en la propaganda más zafia.
Gracias a todos los jugadores, cuerpo técnico y directivos del Barça por deleitarnos con este equipo y volver a ilusionarnos.
Gracias por un triunfo del fútbol…
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Si hace unos días los británicos celebraban los doscientos años de la victoria en la batalla de Trafalgar sobre la flota española y francesa, ayer volvieron a celebrar en la plaza de Trafalgar Square, una nueva victoria contra todo pronóstico, también sobre estos dos países en la designación de la ciudad que organizará los Juegos Olímpicos de 2012.
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