La representación que hizo Mel Gibson de las últimas 12 horas de la vida de Jesucristo en su película «La pasión de Cristo» ha sido aclamada por algunos creyentes como la verdad del Evangelio, pero algunos eruditos se quejan de que tiene errores históricos.
Sus quejas van desde inexactitudes relacionadas con el estilo del peinado y la ropa hasta la falta de contexto evangélico en el filme que ha desatado furia entre grupos judíos que temen que su descripción de la crucifixión desate violencia antisemita, informa Reuters.
Gibson, quien ha negado que el filme sea antisemita, dijo que consultó con eruditos, teólogos, sacerdotes y autores espirituales antes de redactar el guión de la película, con la intención de mostrar la agonía de Jesús durante la crucifixión lo más realista posible.
Muchos cristianos ven este filme como algo que los acerca más a su religión. El pastor evangélico Billy Graham llamó a la película «una vida de sermones en una película».
Gibson, un católico tradicionalista que financió de su propio bolsillo los 25 millones de dólares que costó la película, se empeñó tanto en hacerla parecer auténtica que hizo que sus personajes hablaran latín y arameo.
Los expertos dicen que éste fue su primer error, ya que el griego era la lengua hablada en Jerusalén durante el tiempo de Jesús, junto con el arameo y algo de hebreo hablado por los judíos.
«¡Jesús habla con (Poncio) Pilatos y Pilatos con Jesús en latín!», exclamó John Dominic Crossan, un profesor de estudios religiosos en la Universidad De Paul de Chicago, dedicada a estudios católico-romanos. «Tendría que haber sido griego», dijo.
El latín se reservaba para los decretos oficiales o era utilizado por la elite. La mayoría de los centuriones romanos en Tierra Santa hablaban más griego que latín, dijeron historiadores y arqueólogos.
Pero los expertos dijeron que los errores no terminan con el uso de la lengua incorrecta. Según Crossan, quien habla latín, esta lengua fue tan mal pronunciada en la película que resulta casi incomprensible.
El filme «caracteriza a Jesús con el cabello largo (…), Jesús no tenía el pelo largo», dijo el antropólogo físico Joe Zias, quien ha estudiado centenares de esqueletos encontrados en excavaciones arqueológicas en Jerusalén. «Los hombres judíos de la antigüedad no tenían cabello largo».
«Los textos judíos ridiculizaban el pelo largo como algo romano o griego», dijo Lorenzo Schiffman, de la Universidad de Nueva York.
La representación de la crucifixión fue la parte del filme más llena de errores para Zias, quien estudió el esqueleto de un hombre judío crucificado de la época de Jesús, los únicos restos encontrados de una víctima crucificada en la antigüedad.
Zias dijo que Jesús no habría llevado toda la cruz a la crucifixión ya que las vigas verticales fueron mantenidas permanentemente en su lugar por los siempre eficientes romanos. «Nadie tiene la capacidad física para llevar tal cosa (una cruz entera), Pesa cerca de 150 kilos», dijo Zias. «El (Jesús) llevó como máximo la viga transversal».
Tampoco habría llevado un taparrabos en la crucifixión, como lo hizo el actor James Caviezel que interpretó a Jesús en la película. «La crucifixión era una forma de ‘terror de Estado’. Humillaban a la víctima crucificada. Todos estaban desnudos. Hombres, mujeres y niños», dijo Zias.
Jesús, agregó, debió haber sido atado o clavado a la cruz por las muñecas, y no por las manos como se muestra en el filme. «No se puede crucificar a una persona por las manos, porque allí no hay nada más que piel y músculos. Se rasgaría». Para deshacerse de las críticas por las imprecisiones, Gibson ha dicho que recibió opiniones contradictorias entre los expertos que consultó. «Ya que los expertos se contradicen, tuve que echar mano de mis propios recursos para pesar los distintos argumentos y decidir por mí», dijo Gibson en una entrevista.
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Es normal que hagan películas de este tipo con la ola de puritanismo que se está adueñando de EE UU. Un puritanismo con doble moral, que condena pechos desnudos y alaba ejecuciones en la silla eléctrica y guerras encubiertas para adueñarse de la mayor parte del petróleo mundial. En definitiva, cuanto más conozco a los norteamericanos, más quiero a mi perro…