El argumento de esta original película de ciencia-ficción se sitúa en un futuro donde gracias a unos chips implantados en el cerebro se puede grabar toda nuestra vida, y después de morir, las imágenes son utilizadas para editarlas en un vídeo de recuerdos, para el visionado en el funeral de la víctima. La trama se complicará cuando el protagonista, mientras trabaja en la edición de un nuevo vídeo, descubre una imagen que lo llevará a una frenética búsqueda por la verdad y la redención.
Lástima que a esta historia con tantas posibilidades, no se le saque el partido que se podía esperar y al final se quede en la superficie, sin profundizar en las consecuencias éticas y morales que su argumento plantea.
Los actores, Robin Williams y Mira Sorvino como pareja protagonista, están muy correctos, aunque es poco creíble que puedan ser pareja. Parece que a Mira Sorvino le suelen poner parejas que encajan poco con ella (Woody Allen en Poderosa Afrodita o John Leguizamo en Nadie está a salvo de Sam).
También destacar al siempre correcto Jim Caviezel (el Jesucristo de Mel Gibson) que en su corto papel sale bien parado.
En definitiva, un interesante película que no entusiasma pero entretiene. Una pena porque prometía bastante.
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A mi me pareció muy interesante la peli. Ya se prevee quien es el prota y demás pero no deja de ser curiosa. Me moló mucho el cacharro con el que montaban los videos.
Salu2
No está nada mal el argumento 😉
Yejaahhhh!! Mula!!!