ÚLTIMO LIBRO LEÍDO: “EL CUENTO DE LA CRIADA“ de Margaret Atwood.
Debido al gran éxito que ha tenido la primera temporada de la serie de televisión «The Handmaid’s Tale» (El Cuento de la Criada), de la cadena estadounidense Hulu, emitida por HBO, y que se ha convertido en uno de los grandes éxitos de la televisión reciente, me decidí por leer la novela en la que se basa, de la escritora canadiense Margaret Atwood, ganadora del premio Principe de Asturias de las Letras en 2008.
A medio camino de libros como «1984», películas como «Hijos de los hombres», o los mejores episodios de series de televisión como «Black Mirror», la novela ofrece una magistral y desconcertante visión de un futuro no muy lejano.
Argumento
En un futuro distópico donde se ha implantado una dictadura fundamentalista, una joven se ve forzada a vivir como una concubina para dar hijos a su señor. Tras el asesinato del presidente de los Estados Unidos y la mayoría del Congreso, se instaura en el país un régimen teocrático basado en los más estrictos valores puritanos. Los Estados Unidos de América desde ese momento pasan a ser conocidos como la República de Gilead. En esa nueva sociedad la mayor parte de los valores modernos quedan olvidados. La mujer pasa a un segundo plano, siendo única y exclusivamente un objeto cuyo valor está en sus ovarios, pues hay un problema de fertilidad.
En la República de Gilead, el cuerpo de la protagonista, Defred, sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela —o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir— le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Fragmentos
“Pero ¿quién puede recordar el dolor una vez que este ha desaparecido? Todo lo que queda de él es una sombra, ni siquiera en la mente o en la carne. El dolor deja una marca demasiado profunda para que se vea, una marca que queda fuera del alcance de la vista y de la mente.”
“La humanidad es muy adaptable decía mi madre. Es sorprendente la cantidad de cosas a las que llega a acostumbrarse la gente si existe alguna clase de compensación.”
Related Posts