Llevaba varias semanas sin ir al cine (la última fue El Bosque, que por cierto me gustó) y el otro día, que me apetecía volver a pasar por taquilla, fui a ver la nueva de Milla Jovovich, Resident Evil 2: Apocalipsis.
Como ya intuía antes de entrar, la película es una de tantas otras cuyo único aliciente es ver los efectos especiales y las escenas de acción, aderezadas con la presencia de la seductora protagonista.
No hay que exigirle nada más, por lo que si veis a alguien que ha ido a verla y la pone verde, no tiene motivo para ello, ya que antes de entrar ya sabía lo que iba a ver, y si entró pues la culpa fue de él.
Como sorpresa, redescubrir a la británica Sienna Guillory, que salía brevemente en la versión moderna de La Máquina del Tiempo y en Love Actually, cuya interpretación de policía no tan dura (en clara alusión a su homóloga en el videojuego adaptado al cine, Lara Croft) está bien lograda.
En definitiva, para pasar el rato, sin pedirle peras al olmo.