Te crees libre.
Puedes elegir.
No te das cuenta que siempre, tu decisión ya la ha tomado otro por ti.
No percibes como todas las alternativas son la misma.
Como todos los caminos sólo llevan a una salida.
Como antes de plantearte nada, ya has elegido.
Como cualquier consejo en el que te apoyes, no es más que una mentira partidista.
Seguirás teniendo tu sensación de libertad.
Los hilos que te manejan son invisibles.
Puedes elegir.
Eres libre.