Te conocí en medio de la tristeza.
De calles vacías llenas de ilusiones pisoteadas.
De refugios eléctricos y drogas que aniquilaban mi mente.
De relojes marcando eternamente ausencias eternas.
En mi lucha por mantenerme cuerdo en el manicomio del mundo,
esquivando los cascotes desprendidos de las ruinas de mi vida.
Juntos huimos de la desilusión y el caos.
Llenaste mis calles vacías de sonrisas y arcoíris.
Fuiste mi refugio de cielos azules y abrazos soleados,
luchando a mi lado en mitad de la cordura.
Me enseñaste el significado de lo irrepetible,
de lo prodigioso, del milagro de tus labios de vértigo.
Te conocí en medio de aquella tristeza.
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