Aunque el FC Barcelona partía como favorito en la final de la Supercopa de Europa de fútbol, ha sido el Sevilla FC el que se ha llevado merecidamente el trofeo por un resultado de 0-3.
En ningún momento el Barça ha sabido jugarle a un Sevilla muy bien posicionado en el campo y con unos jugadores muy mentalizados en defensa, y jugando a un mortal contraataque.
El Sevilla ha sabido golpear al Barça donde más le duele, y aunque el dominio de la pelota ha sido mayoritariamente del equipo azulgrana, sólo ha dispuesto de unas pocas ocasiones claras de gol, que sus delanteros, empeñados en entrar por el centro y en torpes jugadas personales, no han sabido culminar.
Personalmente, creo que Frank Rijkaard se ha equivocado en el planteamiento del partido. Ha querido dar continuidad a los jugadores que lograron ganar la Champions League (cosa que no ha hecho Juande Ramos sentando a Maresca y Martí), y ha sacado una endeble defensa con Sylvinho y Belleti en los laterales, siempre desbordados por los delanteros sevillistas, y un Motta cuya única labor en el campo es hacer faltas. Tardó en exceso en hacer los cambios, y luego no supo hacerlos bien, al sacar excesivos delanteros que se anulaban y producían un embotellamiento en la zona defensiva del Sevilla.
Un título de los muchos que este año disputa el Barça que ha volado, y que ha ido a las vitrinas del equipo andaluz por primera vez en su historia.
Mis felicitaciones a todos los sevillistas por el trofeo y por el equipazo que tienen.